jueves, 26 de julio de 2012

La ciudadanía en Europa y el fenómeno migratorio: nuevas desigualdades y servidumbres voluntarias

La investigación de Ana Rubio Castro y Mercedes Moya Escudero apunta a que la Europa de libertad, seguridad y justicia que pretende garantizarse para la ciudadanía, en principio, no iría dirigida a los millones de personas que residen legalmente en la UE sin ostentar la nacionalidad de ningún Estado miembro, y de ningún modo está pensada para quienes se encuentran en situación irregular. A estas personas que forman parte de la población real de los Estados no se les califica de ciudadanos, ni se les otorgan derechos de ciudadanía. Por consiguiente, muestran la situación de servidumbre que existe en el interior de los Estados europeos. Pero no sólo los nacionales de terceros Estados encuentran limitado el ejercicio de los derechos humanos. También la ciudadanía europea, como resultado de los necesarios ajustes institucionales y estructurales que demanda el modelo económico global, está viendo incrementarse los riesgos y la incertidumbres, debido a los cambios en el mercado de trabajo, en el sistema educativo y en el modelo de Estado. Todas estas reestructuraciones están gestando un nuevo orden social. En este nuevo modelo de sociedad, el control y la seguridad parecen haber usurpado el protagonismo hasta ahora detentado por la justicia social. La finalidad de esta investigación ha sido precisamente mostrar el doble impacto que el nuevo modelo económico y la sociedad del conocimiento y la información tienen en la ciudadanía y en quienes están fuera o en los límites de ella. Una comparación que permite sostener que en estos ajustes sólo ganan las mercancías y las instituciones, no las personas.
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jueves, 19 de julio de 2012

Trabajar en España como inmigrante legal asalariado: carrera de fondo con salida desigual

El estudio de María Luisa Trinidad García plantea que no es fácil estar al día en relación a las normas sobre extranjería, que están sufriendo continuos cambios. El artículo da una visión general sobre el estado actual de la cuestión y sirve para conocer la tipología más representativa de las diferentes situaciones legales de las personas extranjeras que trabajan o solicitan trabajo por cuenta ajena.
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Evolución del empleo y del paro de las mujeres inmigrantes en el mercado de trabajo español

El estudio del investigador Jacobo Muñoz Comet aborda el impacto de la actual crisis económica sobre el nivel de ocupación de las mujeres inmigrantes. Para ello se utilizan datos de la Encuesta de Población Activa desde 2000 hasta 2010. Los resultados muestran que las mujeres extranjeras están soportando mejor el efecto de la recesión que sus connacionales, cuyas tasas de paro han crecido en mayor medida. Además, el capital humano de las mujeres inmigrantes ofrece una mayor resistencia frente a la caída de la tasa de empleo que el de los inmigrantes varones. A partir de la recesión, el nivel de ocupación de las mujeres españolas es de todos los grupos el que experimenta pérdidas más moderadas, aunque en su caso un nivel educativo alto no implica un descenso más suave de la tasa de empleo. Por otra parte, un mayor tiempo en el mercado laboral sólo parece ser un factor de protección en el caso de las mujeres españolas.
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Mujeres inmigrantes: impacto de la actual crisis económica

El artículo de la investigadora Laura Molpereces Alvarez presenta los resultados obtenidos sobre la situación laboral de las mujeres extranjeras en España, a partir de la explotación de diversas fuentes estadísticas secundarias y especialmente de los microdatos de la EPA. Se realiza un análisis descriptivo de dichas fuentes, complementado con un análisis de correspondencias múltiples que presenta las variables más significativas del espacio socioeconómico de estas mujeres.
Ambas aproximaciones sirven para mostrar la diversidad de situaciones laborales que se dan entre las inmigrantes. Al mismo tiempo, los resultados desvelan que el país de procedencia es la variable que guarda una mayor relación con respecto al tipo de empleo al que acceden las mujeres inmigrantes.
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jueves, 5 de julio de 2012

Estudio sobre los migrantes latinoamericanos en Madrid

El flujo migratorio de América Latina es parte del boom de la inmigración que España sufrió durante la última década del siglo veinte con una proporción más alta de Madrid, en comparación con otras regiones. Algunos de estos migrantes son titulados universitarios en su país de origen y con experiencia laboral. Sin embargo, la mayoría de ellos ocupan empleos no cualificados o poco calificados, con algunas diferencias según el país de origen. Esta clasificación hacia abajo, que no se reconoce, es totalmente ignorada por las políticas gubernamentales. Sin embargo, las personas afectadas por las dificultades para obtener el reconocimiento de sus títulos han adoptado una variedad de estrategias individuales para evitar trabajos no cualificados. Las estructuras de los grupos también han aparecido para ayudar a aumentar el conocimiento de la existencia de estos trabajadores calificados y para fortalecer su caso. ¿Qué tipo de agrupaciones? ¿Cuáles son las posibilidades de éxito?. Este es el tema que abora el estudio  "Los migrantes latinoamericanos en Madrid: estrategias para el reconocimiento profesional?",  de la investigadora Sylvie Koller. Acceda en este enlace al artículo completo sobre la investigación 
http://alhim.revues.org/index4023.html

miércoles, 16 de mayo de 2012

Proyecto Team estudia la relación entre sindicatos e inmigración

La asociación Ampi participará en la conferencia final del proyecto de investigación Team, que surgió con el objetivo de analizar en profundidad las interacciones y dinámicas entre sindicatos e inmigración. Este proyecto, financiado por la Dirección General de Empleo, Asuntos Sociales e Inclusón de la Comisión Europea, fue realizado por ocho instituciones eurpeas expertas en dicho campo de estudios, con el fin de comprender las experiencias laborales de los trabajadores extranjeros y las posturas adoptadas por los sindicatos ante el fenómeno de la inmigración en Europa.

La conferencia final del proyecto se realizará el 18 de mayo en la Universidad de Barcelona y en ella, Elsa Saleme, Presidenta de Ampi, participará  con una presentación acerca del género y la integración de las trabajadoras inmigrantes en la Unión Europea.

Más información: http://www.ub.edu/TEAM/node/272

lunes, 7 de mayo de 2012

Las hormigas y las abejas

(Serie: Relatos de la crisis vivida en primera persona)

Por: Erica Aladino Centeno*

Rosa sale de su casa a sacar la basura, todos los días a eso de las 23h. No le gusta que la
vean los vecinos por la escalera –uf, a veces quisiera ser invisible- se dice a sí misma.

En realidad no le importa que la vean despeinada, ni que la vean con sus viejas sudaderas, y con esas machacadas zapatillas de estar por casa, ni que le vean el ajado albornoz que suele llevar puesto, lo que no quiere es afrontar ciertas preguntas, a las que ella llama: agujetillas.

Las “agujetillas” son todas esas preguntas fastidiosas y molestas, como lo es: una china o
piedrecita en el zapato mientras caminas, o una tiesa y punzante etiqueta en la nuca.

Sí, aquellas preguntas de las que quieres escapar rápidamente y pasar página en un santiamén, pues total, la amabilidad y formalidad no tienen como finalidad, buscar el que se te quede un mal cuerpo, o el que te manden triste o cabreada a la cama.

Dichas “agujetillas” te pueden poner a pensar y eso, precisamente a las 23h de todos los días es lo que Rosa no quiere, preguntas del corte: ¿qué tal? ¿cómo te va la vida? Cuando ella lo único que quiere es tirar la basura y fantasear con que así también tira a la negatividad de su casa, y deja espacio para que lleguen solo las buenas cosas.

Pero no solo en las escaleras encuentra vecinos y vecinas con preguntas “agujetillas” ya que al abrir el correo electrónico algunas de sus amigas –que la quieren mucho- le preguntan cosas como: Rosa ¿ya has encontrado curro? ¿cuánto tiempo es que llevas en el paro?. Si, para Rosa es estas condiciones, muchos días se le hace cuesta arriba mantener su talante positivo

Esta vez y como cada noche, bajaba las escaleras, mirando de lado a lado, se sintió aliviada, ya que toda la corrala, con sus diez mil ventanas parecía dormir, al llegar a la planta baja encontró un cartel en un corcho donde se cuelga información de interés para todos los vecinos.

SE BUSCA CHICA CON REFERENCIAS
Doña Pepita (la del 4-9, escalera interior 3 de la corrala) requiere apoyo en labores domesticas. Se busca preferiblemente a alguien de este portal, (o que ya trabaje aquí) o a alguien de este barrio, pues no se pagará desplazamiento ni transporte público. El trabajo serían 3 horas diarias de lunes a jueves. Imprescindible saber cocinar. Interesadas llamar al…

Rosa sintió frio en los pies, ya había dejado las bolsas de la basura en el suelo, se abrazo
apresuradamente a su albornoz viejo y lanzó un hondo suspiro.

Llevaba ya un año en paro, logró convalidar sus estudios universitarios con muchísimo esfuerzo, llevaba ya fuera de su país más de 10 años, los primeros años trabajó como asistenta de hogar en diversas casas. Había logrado trabajar en su profesión, consiguió que reconocieran su valía profesional y ésta logró reportarle siempre trabajo. Llegó incluso a estar pluriempleada, -eso sí muchas veces sin un domingo libre para poder descansar- pero gracias a ello logró crear una cuenta de ahorros.

Ya había pasado un año en paro, pero no, de paro intelectual, ni de paro de expectativas, se decía a sí misma muchas veces: ni deprimirme quiero.

Como mujer, como profesional y como inmigrante pronto comprendió los pilares del reciclaje profesional, y el no parar de hacer cosas, el no parar de aprender, se apuntaba a mil historias, entró pues, en la dinámica reinante de la situación formativo-laboral del país.

Realizaba dos voluntariados, uno de ellos, de carácter administrativo, que le permitía mantener actualizados sus conocimientos profesionales y otro voluntariado de tipo asistencial, aquí Rosa se acostumbró a ver las necesidades humanas –y de cualquier tipo- a flor de piel, y a tratar con personas carentes de muchísimas cosas.

Hubo momentos en los que se sintió muy afortunada: Dos años de paro (bueno ya había gastado uno), una cuenta de ahorros no muy grande, pero que le permitiría salir adelante a ella y a su familia, por lo menos unos, dos años más.

Si ya lo decía su abuela (y eso que era analfabeta, pero una buena observadora) Rosa, Rosita, guarda siempre, siempre para las vacas flacas, aprende de los comportamientos de ciertos animales, que nos enseñan diariamente, las hormigas y las abejas, por ejemplo, trabajan muy duro, pero aseguran su supervivencia y la de los suyos. No derrochan, se apoyan unas a otras, aprovechan todo –y cuando digo todo es todo- y están siempre al acecho de oportunidades para que la comunidad mejore, para que no falte nada en los nidos ni en sus colmenas.

Rosa seguía mirando el cartel fijamente, y dijo en voz baja: tal vez, desde nuestro punto de vista humano, se le puede reprochar algunas cosas a estos animales pero nunca, podríamos opinar que se quedan quietos, pues cada momento cuenta para ellos, y tienen muy claro, sus responsabilidades.

Responsabilidad, interesante palabra… -Rosa seguía mascullando para sus adentros- soy
responsable de aprovechar al máximo el momento presente, las oportunidades que pasen
por enfrente de mí, pero también soy responsable de crear las condiciones para que un
sinnúmero de cosas buenas, me puedan pasar.

Sí, en algún lado lo leí:
No existe la suerte… existe la Buena Suerte, y ¡ésta es la buena de verdad! Ya que es ¡la que creo yo!, ¡la que origino yo! Sale de mis actitudes, de mi trabajo diario, de una gran dosis de perseverancia que tiene origen en el amor propio. Y en las ganas de hacer las cosas bien por mí y por los demás.

Rosa, había estado mirando tanto tiempo el cartel, que termino memorizando el teléfono que allí aparecía, pero muy posiblemente llamaría a la puerta de su vecina Doña Pepita para así presentarse personalmente a la mañana siguiente.

Pensó en la imagen de las hormigas y de las abejas, regresando a sus casas, con las manos vacías –o mejor dicho, con las patas vacías- algunas veces regresaban con poco, otras veces con más, pero no las pudo imaginar, sin dejar de salir a buscar –sin dejar de crear las condiciones-. En el lenguaje humano, entiéndase, es conocer la propia responsabilidad y no tirar la toalla.

*La autora del relato es Educadora Social, de nacionalidad colombiana y actualmente
orientadora laboral en Madrid (España).

jueves, 3 de mayo de 2012

Emprendimiento en tiempo de crisis

(Serie: Relatos de la crisis vivida en primera persona)

Por: Laura Portilla

“Soy feliz porque lo que hago es algo bueno”

Hace una década que vivo en España, un ciclo que viene a significar para mí una escuela de enseñanza de vida. Y, como todos los que salimos en un momento determinado, una experiencia rica, pero no en cifras con ceros a la derecha, ni cuentas de ahorro o bienes. No creo en el concepto de éxito que comúnmente se entiende, donde solo el factor dinero es el que reconoce a una persona exitosa, emprendedora, ganadora y que ha logrado destacar sobre todos los demás, sino lo que sientes con el emprendimiento.

“No hay peor gestión que la que no se hace”, ésta frase la tengo impresa en mi consciente e inconsciente, así que vivo intentando con cada idea que se me cruza por la mente, y, como la tenacidad es una de mis habilidades natas, también llevo dándome de narices más veces de las que me gustaría….. En tiempos de crisis el pensamiento y creatividad se agudizan y formulas y formas por paliar las dificultades, en éste caso: “prioridades”. No faltan.

Cuando había más fuentes de trabajo, “recuerdo” me quejaba de trabajar tanto y de no tener tiempo ni para pensar, entonces; lo que hacía, era disfrutar gastando el dinero que ganaba, comprando más de lo que necesitaba y relajándome en las tiendas y supermercados, regodeándome y pensando en cosas como: “Que si la marca no me convence”, “Que si vale
más, por algo bueno será”, “Que si el colesterol”, “Que si el corrector de ojeras” etc. , etc.…. y aprovechaba de cada exceso y acceso que me daba el dinero, dinero por el que corría sin descanso todo el mes.

Llegó un momento en que, me puse a reflexionar y me pregunté si estaba haciendo lo que me gustaba y me respondí con un enorme NO. Solo estaba dando vueltas en un tío vivo de rutina, como una mota de algodón dentro de un ventilador conectado, dejándome llevar y llevando en mis hombros compromisos nunca aceptados por mí misma. Así que me despedí de mi último trabajo (12 horas diarias) y me busqué uno de 20 horas a la semana, claro con la tercera parte de paga….de lo que anteriormente ganaba….y….¡tuve tiempo para pensar!, dormir a gusto, ir a los almacenes de todo a cien y comprar solo lo necesario y de hacer lo que más me gusta:

Emprender en algo que tenía en mente: O sea, trabajar para mí mismo. ¿Y eso, como se hace me preguntarán?, ¡sencillo! Yo soy mi jefa: Así que me exijo, todo lo que puedo darme a mí misma. Yo misma me pago: Todo lo que creo necesito, y, Yo misma trabajo: En principio como jefa, obrera, creadora, jefa de recursos y contadora etc.., Bueno…. debo confesar: que eso no es faena sencilla, pero, tampoco es complicada si te pones a pensar, si eso tiene que ver con tus exigencias y la filosofía de vida que tengas…

El emprendimiento es muy importante, el éxito de él, también, pero también es importante aprender despacio pero seguro. No por desear tener éxito cabe desbocarnos en empresas que por más que nos gusten, sabemos que no nos darán grandes logros económicos y que no nos harán millonarios. No todo en las empresas en las que nos embarcamos tienen que relacionarse directamente con capitales jugosos y ganancias sustanciosas. Porque entonces podemos caer en el riesgo de correr desaforados tras la fortuna y resulta que la fortuna la mayoría de veces es un espejismo que nos han vendido los anuncios consumistas de éste siglo
y sufrimos por la lucha constante de conseguirlo y lo que conseguimos es llenarnos de canas azules, verdes y arruguitas de stress y una soberana gastritis.

He aprendido en ésta década de lucha y emprendimientos varios, a visualizar el verdadero éxito, por lo menos como yo lo concibo y me creo una mujer emprendedora hasta más no poder en tiempos de crisis y con un relativo éxito que me hace más o menos feliz, porque mentiría si os digo que ya he conseguido todo lo que yo quiero, porque eso significaría que
ya no seguiré dándome las narices contra los obstáculos y aprendiendo a ser emprendedora o con una empresa ya constituida…… y quien sabe; jalándome los pelos, o corriendo como loca tras de la bolsa…

Por el momento, sigo con el proyecto: “Jarina”, hago mis talleres de artesanía ecológica con la gente que quiere aprender, expongo mi arte en los sitios que me dejan y comparto cultura a través de la poesía y arte con las personas que saben disfrutar del tiempo en tiempos de crisis, aunque eso no suponga “ganancias sustanciosas” por ahora.

Alguien por ahí me dijo que si soy una mujer emprendedora y exitosa y le conteste, que SI, como todas las que nos encontramos aquí y exitosa depende del concepto que se tenga de éxito, según el diccionario: “ es el resultado feliz o muy bueno de algo”, entonces sí, porque sé que aparte de desarrollar mis potencialidades, contribuyo con el desarrollo sostenible, y el respeto al medio ambiente y eso es algo bueno y me hace feliz.

Bendita crisis


(Serie: Relatos de la crisis vivida en primera persona)

Autora:  Lessy Jakiwara Grández.

“Sobresaliente cum laudem” resonó en mis oídos en el salón de grados de aquel día de marzo, invierno en Madrid…. ¡no me lo podía creer!… tantos años de luchas, de esfuerzos, de dudas, de marchas y contramarchas… y ahí estaban junto a mí para celebrar ese momento sublime dos de las personas más queridas por mí: mi amado esposo y mi amiga Maricarmen: incondicionalidad total, amistad verdadera, cariño puro.

¡Bendita crisis! pensé, si ella no deja en paro a mi esposo y permite que un tiempo pueda dedicarse al cuidado de nuestro niño, no puedo tener la dedicación final que requiere realizar un trabajo de esta envergadura pese a que ya tenía muchos años de trabajo inicial y pocas esperanzas de culminar este proceso por la falta de tiempo …

Las dos semanas siguientes estuve en “Babia”, no me podía creer que ya fuera doctora: La Dra. Jakiwara… un sueño que mi padre tuvo; pero él quería que fuera médica. En realidad nunca se me cruzó por la cabeza elegir esa noble profesión de aliviar y salvar vidas humanas porque ver la sangre y el dolor físico humano se me hace muy difícil; pero igual soy doctora como mi padre deseaba; soy Doctora en Ciencias de la Información y nada menos que por la Universidad Complutense de Madrid, como soñé cuando terminé mi carrera universitaria como Licenciada en Sociología en la lejana Lima.

Tantos recuerdos se agolparon en mí… la búsqueda infructuosa de becas en Perú, pero tenía el empuje de la juventud para seguir en la lucha, seguir buscando, creyendo; y cuando menos lo esperaba se abrió una puerta con la ayuda de Dios: me encontré a mi amigo Felipe en el Consulado de España, que se iba a Madrid como sacerdote y me dijo que si podía me ayudaría para ir a estudiar a España como era mi deseo. Pasó el tiempo y al cabo de unos años y muchas experiencias poco agradables en el mundo académico de mi país, aterricé en Madrid y tiempo después empecé a estudiar el doctorado. ¡Qué época tan feliz¡ Un país nuevo por descubrir, nuevos amigos que me abrieron las puertas de su casa, de su vida y de su corazón: Maricarmen, Gloria, y toda la gente de la Comunidad Neocatecumenal de la Iglesia de San Leopoldo de Madrid, y muchas otras personas. Un país lleno de alegría, con seguridad ciudadana, tranquilidad, dedicación total al estudio: exposiciones, trabajos, compañeros de estudios y profesores expertos, siempre dispuestos a ayudarte.

Tantos recuerdos….tantas alegrías….tantos esfuerzos….tantas marchas y contramarchas….cuánta satisfacción había dentro de mí, no solamente por haber cerrado un círculo y terminar una etapa para empezar otra sino porque en realidad el resultado era el fruto de un trabajo largo, duro, difícil pero sumamente gratificante; poder contribuir con tu granito de arena a mejorar las cosas desde tu perspectiva, es algo que no tiene precio. En un principio fue un trabajo solitario y arduo y sin embargo cuánta gente estuvo detrás luego: no podría nombrar a todos porque son muchos….

La celebración final del resultado fue transnacional: mi familia en el Perú ha saltado de alegría, mis amigos aquí me dieron la ¡Enhorabuena¡ de corazón , ¡a celebrar se ha dicho que bien merece el esfuerzo¡, mis amigos y compañeros de universidad en Perú igualmente celebraron conmigo esta alegría, porque la alegría compartida se multiplica por dos o por tres o por más …¡quién sabe¡ sólo sé que es hermoso poder compartir alegrías y penas porque las alegrías se multiplican y las penas se dividen y parece que el mundo es un lugar más feliz, por lo menos por un momento; finalmente parece que hay en el mundo más gente buena y generosa, capaz de compartir tus alegrías que gente mala, que obstruye y hasta destruye con la finalidad de ponerse en el lugar que no les corresponde por mérito propio.

Pasado el alboroto, pensé que las crisis son grandes oportunidades disfrazadas que hay que saber aprovecharlas para sacar lo mejor de uno mismo y que si se trabaja con decisión y confianza, con esperanza y amor todo llegará… sé que llegará un trabajo en el que pueda aportar lo que he aprendido, esa es mi esperanza y la esperanza es lo último que muere… de momento mi investigación sobre jóvenes y recepción televisiva en Lima va a ayudar a concienciar a la población sobre la importancia que tiene la televisión entre la juventud: en el uso de su tiempo libre y de la necesidad de hacer un trabajo para que los jóvenes desarrollen una actitud más crítica con respecto a lo que ven en la llamada “pantalla chica”… por el momento no puedo pedir más, pero soñar no cuesta nada y si ponemos de nuestra parte muchas veces nuestros sueños se convierten en realidad ….Un brindis con amor por esa magia.

domingo, 29 de abril de 2012

Si la vida te da limones…

(Serie: Relatos de la crisis vivida en primera persona)

Por: Gaby Ríos

Siempre fui muy determinada para conseguir mis metas, incluso hice realidad el famoso sueño americano cuando me fui a vivir a Estados Unidos y ahora haciendo retrospectiva fue tan fácil que pensé que si un inmigrante lograba triunfar en el país más competitivo del mundo, entonces lo podía hacer en España.  Así que en un momento de ingenuidad en esa búsqueda constante de retos, decidí cruzar el charco creyendo que podía hacer realidad otro sueño profesional sin imaginarme que se convertiría más bien en una pesadilla.

No trabajo ni en lo más mínimo relacionado con mis estudios, a pesar de mis años de experiencia y de haber sido la mejor de mi clase, no tengo horario ni sueldo fijo y aunque mis honorarios siguen bajando, mis obligaciones fiscales siguen en aumento. Como autónoma no tengo derecho al paro, ni mucho menos a resfriarme porque eso significa un día menos de pago. Pero es lo que hay, así que llevo ya varios años haciendo de limones una limonada como dice el dicho.   

Y luego viene la crisis, palabra que me tiene ya harta como si no fuera suficiente haberla escuchado toda mi vida, porque en países como en donde yo nací la crisis no es pasajera, sino constante así que uno aprende a sortearla desde muy joven.  Pero aquí los pone a todos nerviosos y las situaciones que esto ocasiona siempre te borran la sonrisa. Un simple retraso de autobús puede ser una chispa que enciende los ánimos ya caldeados de la gente y siempre terminan siendo los inmigrantes los que tienen la culpa de todo lo que pasa en este país.  Pues que me hago ciudadana española a ver si  así me ven distinto, pero no, para todos sigo siendo “la mexicana”.  Lo único diferente es que ahora tengo un documento nacional de identidad que realmente no me ayuda en nada porque el trabajo esta escaso para todos y no hay plazas suficientes en las guarderías públicas, ni para niños españoles como el caso de mi hijo ya nacido aquí.

Así que los sueños profesionales quedan atrás para despertar a la realidad de que ahora tienes que trabajar sí o sí para que la mitad de tu sueldo se vaya en pagar la guardería y la otra mitad en alquiler. Porque por supuesto que tampoco mi condición de nueva ciudadana española me da la seguridad que me pide un banco para poder proveer a mi hijo de una necesidad tan básica como es una vivienda digna y estable.

 Y luego a la frustración hay que añadirle el sentimiento de culpa porque al menos soy una entre 5 millones y debería sentirme afortunada de que al menos tengo limones, pero tanta limonada te amarga y te corroe la autoestima, así que empiezas a estudiar otras posibilidades.  Te entran las dudas y te preguntas constantemente qué estás haciendo aquí, te sientes olvidada por la familia que dejaste en tu país y ajena al lugar donde vives. Para muchos el retorno es una opción, pero yo ya eche raíces y arrancarlas es un proceso igual de doloroso, así que no queda de otra que seguirle haciendo frente a las dificultades volviendo a la universidad a estudiar una carrera completamente diferente y esperando que la vida esta vez en lugar de limones me de tequila y sal.