martes, 30 de abril de 2013

Soy feliz porque lo que hago es algo bueno




Autora: Laura Portilla
Nacionalidad: Ecuatoriana
*Serie: Relatos sobre inmigración cualificada y mujeres profesionales extranjeras

Hace una década que vivo en España, un ciclo que viene a significar para mí, una escuela de enseñanza de vida.  Y, como todos los que salimos en un momento determinado es una experiencia rica, pero no en cifras con ceros a la derecha, ni cuentas de ahorro o bienes.

No estoy de acuerdo como la sociedad entiende  el concepto de éxito, donde  el factor dinero es el que  se tiene en cuenta para reconocer a una persona  como exitosa, emprendedora, ganadora y que ha logrado destacar sobre todos los demás. Para mí el éxito tiene que ver con la satisfacción  y los sentimientos que vives con el emprendimiento.

“No hay peor gestión que la que no se hace”,  ésta frase la tengo impresa en mi consciente e inconsciente, lo cual aplico con cada idea que se me cruza por mi mente;  también debo destacar como una de mis habilidades innatas, la tenacidad,  aunque también es cierto me he dado de narices más veces de las que me hubiera  gustado…
En tiempos de crisis el pensamiento y la creatividad se agudizan, se crean  formulas y formas por paliar las dificultades, en éste caso: “prioridades”.  
 
Cuando había más fuentes de trabajo,  “recuerdo” me quejaba de trabajar mucho  y de no tener tiempo ni para pensar, entonces lo que hacía, era disfrutar gastando el dinero que ganaba,  comprando más de lo que necesitaba y relajándome en las tiendas y súper mercados, regodeándome y pensando en cosas como: “Que si la marca no me convence”, “Que si vale más, por algo bueno será”, “Que si el colesterol”, “Que si el corrector de ojeras” etc. , etc.…. y aprovechaba de cada exceso y acceso que me daba el dinero por el que corría sin descanso todo el mes.

Llegó un momento en que,  me puse a reflexionar y me pregunté si estaba haciendo lo que me gustaba y me respondí con un enorme NO.  Solo estaba dando vueltas en una  rutina, como una mota de algodón dentro de un ventilador conectado, dejándome llevar y llevando en mis hombros compromisos nunca aceptados por mí misma.  Así que me despedí de mi último trabajo (12 horas diarias) y me busqué uno de 20 horas a la semana, claro con la tercera parte de paga….de lo que anteriormente ganaba….y….¡tuve tiempo para pensar!, dormir a gusto, ir a los almacenes de todo a cien, comprar solo lo necesario y de hacer lo que más me gustaba:  Emprender en algo que tenía en mente,  o sea, trabajar para mí .  ¿Y eso, como se hace me preguntarán?, ¡sencillo!

Yo soy mi jefa,  así que me exijo, todo lo que pueda  dar de mí,  Yo misma me pago, todo lo que creo que  necesito. Ocupo diferentes cargos,  como jefa, obrera, creadora, jefa de recursos y contadora etc..,   Bueno…. debo confesar, que eso no es faena sencilla, pero, tampoco es complicada si te pones a pensar, si eso  tiene que ver con tus exigencias y filosofía de vida que tienes…
El éxito en nuestro  emprendimiento es muy importante,  por esto es mejor   aprender despacio pero seguro. Debemos tener claro que  no solamente por desear tener éxito  y  montar  empresas que  nos gusten,  nos hará millonarios. 

No siempre en  las empresas en  que nos embarcamos tienen que dar  jugosos beneficios y ganancias sustanciosas  porque  podemos caer en el riesgo de ir desaforados tras la fortuna. Ésta,  la mayoría de veces es un espejismo que nos han vendido los anuncios consumistas de éste siglo,  sufriendo  por la lucha constante por conseguirlo pero lo que realmente  logramos  es llenarnos de canas azules, verdes, arruguitas de stress y una soberana gastritis.
 
He aprendido en ésta década de lucha y emprendimientos varios,  a visualizar el verdadero éxito, por lo menos como yo lo concibo y como mujer emprendedora  que soy hasta más no poder en tiempos de crisis y con un relativo éxito que me hace más o menos feliz, porque mentiría si os digo que  ya he conseguido todo lo que quiero, porque eso significaría que ya no seguiré dándome las narices contra los obstáculos y  que lo he aprendido todo y no es así. 
 
Por el momento, sigo con el proyecto: “Jarina”,
Hago mis talleres de artesanía ecológica con la gente que quiere aprender, expongo mi arte en los sitios que me lo permiten  y comparto cultura a través de la poesía y arte con las personas que saben disfrutar del tiempo en tiempos de crisis, aunque eso no suponga “ganancias sustanciosas” por ahora.

Alguien por ahí me pregunto  que si era una  mujer emprendedora y exitosa al que  le conteste, que  SI, como todas las que nos encontramos aquí. La palabra exitosa depende del concepto que se tenga del  éxito, según el diccionario:  “ es el resultado feliz o muy bueno de algo”, entonces si me considero exitosa  porque  aparte de desarrollar mis potencialidades, contribuyo con el desarrollo sostenible, y el respeto del medio ambiente y eso es  muy  bueno y  me hace feliz.

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