domingo, 29 de abril de 2012

Si la vida te da limones…

(Serie: Relatos de la crisis vivida en primera persona)

Por: Gaby Ríos

Siempre fui muy determinada para conseguir mis metas, incluso hice realidad el famoso sueño americano cuando me fui a vivir a Estados Unidos y ahora haciendo retrospectiva fue tan fácil que pensé que si un inmigrante lograba triunfar en el país más competitivo del mundo, entonces lo podía hacer en España.  Así que en un momento de ingenuidad en esa búsqueda constante de retos, decidí cruzar el charco creyendo que podía hacer realidad otro sueño profesional sin imaginarme que se convertiría más bien en una pesadilla.

No trabajo ni en lo más mínimo relacionado con mis estudios, a pesar de mis años de experiencia y de haber sido la mejor de mi clase, no tengo horario ni sueldo fijo y aunque mis honorarios siguen bajando, mis obligaciones fiscales siguen en aumento. Como autónoma no tengo derecho al paro, ni mucho menos a resfriarme porque eso significa un día menos de pago. Pero es lo que hay, así que llevo ya varios años haciendo de limones una limonada como dice el dicho.   

Y luego viene la crisis, palabra que me tiene ya harta como si no fuera suficiente haberla escuchado toda mi vida, porque en países como en donde yo nací la crisis no es pasajera, sino constante así que uno aprende a sortearla desde muy joven.  Pero aquí los pone a todos nerviosos y las situaciones que esto ocasiona siempre te borran la sonrisa. Un simple retraso de autobús puede ser una chispa que enciende los ánimos ya caldeados de la gente y siempre terminan siendo los inmigrantes los que tienen la culpa de todo lo que pasa en este país.  Pues que me hago ciudadana española a ver si  así me ven distinto, pero no, para todos sigo siendo “la mexicana”.  Lo único diferente es que ahora tengo un documento nacional de identidad que realmente no me ayuda en nada porque el trabajo esta escaso para todos y no hay plazas suficientes en las guarderías públicas, ni para niños españoles como el caso de mi hijo ya nacido aquí.

Así que los sueños profesionales quedan atrás para despertar a la realidad de que ahora tienes que trabajar sí o sí para que la mitad de tu sueldo se vaya en pagar la guardería y la otra mitad en alquiler. Porque por supuesto que tampoco mi condición de nueva ciudadana española me da la seguridad que me pide un banco para poder proveer a mi hijo de una necesidad tan básica como es una vivienda digna y estable.

 Y luego a la frustración hay que añadirle el sentimiento de culpa porque al menos soy una entre 5 millones y debería sentirme afortunada de que al menos tengo limones, pero tanta limonada te amarga y te corroe la autoestima, así que empiezas a estudiar otras posibilidades.  Te entran las dudas y te preguntas constantemente qué estás haciendo aquí, te sientes olvidada por la familia que dejaste en tu país y ajena al lugar donde vives. Para muchos el retorno es una opción, pero yo ya eche raíces y arrancarlas es un proceso igual de doloroso, así que no queda de otra que seguirle haciendo frente a las dificultades volviendo a la universidad a estudiar una carrera completamente diferente y esperando que la vida esta vez en lugar de limones me de tequila y sal.

1 comentario:

  1. Mi queria GABA! Tu Nunca has ago dejada!te admiro mas que Nunca con este es fueron que Estas haciendo para Ayudar a Otras mujeres como tu. Te quiero muco y me siento super orgullosa de conocerte.

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