El pasado mes de marzo AMPI participó en la mesa redonda “Mujeres migrantes cualificadas y descualificación profesional” evento organizado por la OIM y la OIT donde se planteó que aparte de las dificultades para que se reconozcan las acreditaciones extranjeras, las migrantes se enfrentan a otros obstáculos como la falta de redes profesionales y sociales, la discriminación por cuestiones étnicas o de género y las responsabilidades familiares. Lo que ocasiona que muchas mujeres deban desempeñar funciones poco o nada cualificadas, por considerarse “trabajo femenino”, tales como el cuidado de ancianos o niños o el servicio doméstico, que ofrecen malas condiciones de trabajo y bajos sueldos.
En el evento se planteó además que la descualificación tiene importantes repercusiones económicas, pues al no poder utilizar la miríada de competencias, experiencias y el saber que traen consigo las migrantes, se pierden oportunidades para las economías de los países de destino, pero también para las de los países de origen de las migrantes.
En esta cita AMPI llamó la atención sobre la importancia de no responsabilizar a las mujeres de su propia vulnerabilidad e invitó a pensar y hablar de “responsabilidad social”, entendiendo que la vulnerabilidad también proviene de las políticas públicas, migratorias y de las estructuras diseñadas para la integración, además se hizo un llamado para promover estrategias de socialización y espacios donde las mujeres se encuentren con sus pares y puedan desarrollar trabajos en red.
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